Tampoco yo creo que USA deba
ser la policía del mundo. Nunca me han gustado los abusones, y me empalagan
sobremanera los discursos grandilocuentes en los que se señala nuestra obligación
como mundo libre para con los pobrecitos ciudadanos de otras partes del mundo
con menos suerte que nosotros. Los que
intentan convencerme de que tenemos que ir por el mundo implementando por
huevos sistemas parecidos a los nuestros no acaban de conseguirlo. Ni es
nuestro deber, ni tampoco nuestra responsabilidad… Ahora bien, eso no quita que
en determinadas ocasiones podamos intervenir.
El papel de nuestros países en el mundo, no es muy
distinto al que personalmente tenemos como ciudadanos. En España, por ejemplo,
contamos con unas fuerzas del orden, y un sistema judicial, y un aparato
legislativo y toda una serie de mecanismos para establecer el orden y mantener
la seguridad. No es nuestro deber ni nuestra responsabilidad andarnos por las
calles desfaciendo entuertos en plan
quijotesco, y creo que sobraría explicarles lo perjudicial que resultaría para
todos que nos diese por tomarnos la justicia por nuestra propia mano cada vez
que tuviésemos la oportunidad. Ahora bien, si se da la circunstancia de que
presenciamos cómo un tipo toma el bolso de una persona mayor y sale corriendo
con él pasando justo por nuestro lado… ¿Sería oportuno ponerle la zancadilla?
Yo creo que sí. Algunos me dirán que eso es meterme donde
nadie me llama. Otros me recordarán que tenemos unas fuerzas del orden para
esos menesteres. Los más cínicos me señalarán que cabe la posibilidad de que
el bolso se lo hubiesen quitado antes al joven, o que su contenido fuera a ser
utilizado por la persona mayor con fines malévolos, con lo que puede que todos
estemos mejor ahora que no lo tiene. Los más sensatos me advertirán de que como
a consecuencia de mi zancadilla el tipo se vaya al suelo y se haga daño, su
abogado me va a empapelar y que me arrepentiré de haber metido el pie por el
resto de mis días. A pesar de todo, apuesto por ello. No es mi deber. Mucho
menos mi responsabilidad. Pero sigo pensando que lo suyo es meter el pie con
ganas…
Y tal vez el símil sea muy burdo y simple pero creo que,
manteniendo las distancias, puede aplicarse en parte a lo que debería ser
nuestro papel en Siria. Algunos dirán que no es asunto nuestro. Yo estaré de
acuerdo con todos los que nieguen que sea nuestro deber o nuestra
responsabilidad. Pero entiendo que toca
intervenir. Y ya no solo porque se hayan utilizado armas químicas contra la
población civil, se me ocurren otras 100.000 razones con nombres y apellidos.
Pero, claro, no podemos esperar que "el genio del plasma" de pronto desarrolle el
coraje y valentía que en su caso ni están, ni se les espera. Que vale que
siendo el otro gran progresista planetario
el que lidere el ataque, con premio Nóbel de la paz y toda la pesca; no parece
que Rubalcaba vaya a tener la tentación de movilizar al personal. Tampoco que
la farándula vaya a ponerse a hacer de abogado del ladrón de bolsos, como tanto
le gusta hacer cuando son los fachas los
que ponen la zancadilla. Pero ni con esas; Rajoy
no tiene lo que hay que tener, y no moverá un dedo de no ser avalado por todos
los organismos internacionales habidos y por haber. Y aún entonces se lo
pensará muy mucho y hará lo posible porque nuestra participación sea secundaria
y nada determinante, en plan “nosotros solo pasábamos por allí”. Y de
Europa… Poco podemos esperar de Europa. Nuestra Europa borracha de
buenrollismo, pacifismo y estupidez apostará una vez más por la vía del
diálogo. Y si de nuestra Europa dialogante dependiese, los 100.000 muertos
podrían convertirse en 200.000, y luego en un millón, y luego en dos millones;
que ni con esas nos bajaríamos de la burra esa de que no hay mayor poder que el
de la palabra. Porque en Europa estamos
excesivamente civilizados como para pretender arreglar algo a hostias, por
favor… Más bien lo discutimos en la ONU, y exigimos que se arregle el problema.
Pero, eso sí, sin ser nosotros los que arreglemos el problema; lo nuestro es el diálogo…